21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
Es importante que veamos la importancia pero también la necesidad de que las mujeres proclamemos y enseñemos el evangelio a otras personas, el impacto que tiene por si solo el mensaje, sin importar el género, el mensaje que transmite una persona que ha experimentado el poder de la gracia es transformador, como mujeres estamos llamadas a proclamar la verdad a nuestros hijos y de esta forma traspasar el legado a otras generaciones.
Solamente a través del conocimiento de Jesús y su Palabra, podremos asegurarnos que nuestras familias crecerán en el camino correcto.
Vamos a dar un repaso acerca de la primera mujer que se convirtió en una evangelista dentro de su misma comunidad.
Paso justo por el centro para llegar a Samaria, busco el pozo, era el medio día, estaba realmente cansado, tenía sed, pero al mismo tiempo aprovecho la gran oportunidad de poder impactar no solo la vida de alguien sino a toda una ciudad.
Jesús estaba en su primer año ministerial, todos sus recorridos también tenían el propósito de enseñar a sus discípulos según sus actitudes y acciones.
Habla con una mujer, cuando era vergonzoso para un varón judío incluso el hablar a su propia mujer en la vía pública; y tras de que era mujer también era samaritana, cuando la enemistad entre judíos y samaritanos era proverbial y secular. Jesús al dirigirse a una mujer samaritana, quiebra dos grandes prejuicios de una vez: muestra la estima que la mujer merece como ser humano, y quebranta una discriminación racial inaceptable para Dios. Del asombro de la mujer, Cristo toma ocasión para instruirla sobre las cosas de mayor importancia para un ser humano: «Si conocieras el don de Dios …» Cristo le dice expresamente que ésta es la gran oportunidad que ella tiene para obtener la gracia:[1]
De manera sabia Jesus despierta en ella la conciencia de pecado, como cuando un enfermo necesita y va en busca del remedio.
Pero el objetivo de Cristo tenía mayor alcance, pues iba a darle a la mujer ocasión de que se percatara de la vida de pecado que llevaba. Esto nos enseña que se necesita un arte especial, tacto y prudencia, para reprender con fruto[, sin embargo Jesus nunca le acuso ni juzgo por su pecado.
Cómo puso interés en dar testimonio de su experiencia personal, convirtiéndose así en una excelente misionera, al comenzar por los de su propia ciudad (comp. con Hch. 1:8): «Fue a la ciudad y dijo a los hombres: Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?[3]
Cuando una persona es llevada al Señor mediante la convicción de pecado y la consciencia de la propia miseria, hay una garantía segura de que dicha persona ha llegado a saber lo que es la salvación y a creer de manera efectiva en el Salvador[4]
A través de este testimonio muchos creyeron en Samaria (Verso 42)
Mateo 10:8 de gracia recibisteis, dad de gracia.
Una persona que reconoce su miseria y ha venido a Cristo entendiendo la Gracia inmerecida, es una persona que va a predicar de ese Cristo por siempre.
Solo a través de nuestra dedicación a nuestros hijos y hogares es que podemos cambiar la sociedad, hacer personas temerosas de Dios y obedientes a su Palabra definitivamente formara discípulos desde la niñez.
Como dadoras de vida también tenemos la obligación de dejar un legado espiritual a nuestras generaciones.
Motiva a las mujeres ancianas a enseñar a las más jóvenes a amar a sus esposos, hijos y cuidar del hogar.
Es importante entender que hay una necesidad en el mundo por desaprender: desaprender acerca de la escuela cultura, religiosa, costumbres que hemos adquirido a lo largo de la vida.
Los discípulos verdaderos de Jesús no solo hacen discípulos sino también les enseñan.
La Palabra necesita ser aprendida y vivida tal como el Padre quiere que la disfrutemos y obedezcamos.
Debemos aprovechar al máximo y disfrutar del Diseño que el Señor establecio para la mujer, en cada etapa de su vida.
Somos seres relacionales, sin embargo la mujer tiene un don especial con solo el hecho de poder dar vida, hay en ella un sensibilidad especial para comunicar, para abrigar, abrazar, aconsejar, etc.
Existe en la mujer un deseo natural de ser madre, y aunque una mujer biológicamente no tenga hijos, puede desarrollar un corazón de ayuda, colaboración, entrega, pasión, porque el Señor puso en nosotras el instinto maternal desde la creación.
Debemos aprovechar y saber utilizar tal don, sabiendo que cuando una mujer propone y dispone entregar su vida a Cristo puede ganar una ciudad entera para El.
Lo vemos en muchos ejemplos bíblicos, no solo en La mujer de Samaria, lo vemos en la abuela loida y la madre Eunice, en la importancia de la participación de Lidia en el ministerio de Pablo, en las mujeres que sirvieron durante los años del ministerio de Jesús, y me gusta mucho el ejemplo de Debora, quien se describe a ella no como una líder sino como una madre de Israel.
La proclamación del evangelio, no esta limitada a un templo, podemos predicar en cárceles, hospitales, vecindarios, en nuestra familia, en el lugar de estudio o trabajo. Un corazón agradecido predicara en todo momento y en todo lugar.
Problemas sentimentales, emocionales, falta de identidad en Cristo, traumas, heridas, un mal matrimonio, alguna muerte cercana, sufrimiento, niñez traumatica.
Creemos que somos buenos, que nos merecemos las bendiciones de Dios, que Dios tiene la culpa de mi sufrimiento, probamos a Dios, sin embargo llegara un momento donde mi voluntad tiene que ser quebrantada para que su voluntad se haga en mi.
Del mismo modo se encontraba la mujer samaritana, quien había tenido 5 maridos y estaba con uno mas pero no era su marido, sin embargo ella dejo que Jesús le hablara, se rindió a El y predico sobre sus bondades.
El Señor capacita tanto a hombres y mujeres a través de si Espiritu Santo para que la palabra sea predicada hasta el fin de los tiempos.
Debemos dejar de enfocarnos en nosotras mismas y en nuestros propios intereses y dirigir nuestros esfuerzos hacia las necesidades del mundo al nuestro alrededor. Debemos dejar un legado a las siguientes generaciones y esto solo se logra a través de la predicación y enseñanza de la palabra.
Bendiciones Hermanas.
Krisia Amey